La estructura del nuevo Palacio de Justicia de Alzira se ha diseñado mediante un sistema de forjados reticulares y pilares de hormigón armado, con una distribución bastante regular.
La peculiaridad de la estructura deriva de las malas condiciones del terreno, que no presenta un estrato portante suficiente hasta una profundidad de 24 m. Esta circunstancia, junto con la situación del edificio en zona sísmica, ha llevado al diseño de una cimentación profunda mediante pilotes de hasta 28 metros de profundidad.